Premios Planeta 1955-1958, Tres Pisadas de Hombre , El Desconocido, La Paz Empieza Nunca, Pasos Sin Hullas
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Descripción
Tres pisadas de hombre
Tres pisadas de hombre, laureada novela, sorprenderá a los lectores por la concisión, la fuerza expresiva y la profundidad del estilo, por la intensidad y el relieve humano de los tipos y por el subyugante interés de una trama novelesca que la extraordinaria pericia del escritor dosifica a lo largo de la obra, espoleando incesantemente una curiosidad que no da tregua hasta la última página del libro .Un contrabando de esmeraldas le sirve de motivo a Antonio Prieto para presentar a los tres personajes esenciales de su obra –Gad, Juan y Luigi– y para urdir su apasionante peripecia. En torno a estos tres hombres, de una verdad, de una humanidad, de una originalidad inusitada, Antonio Prieto desarrolla, en el ambiente alucinante de una ciudad sudamericana y de la selva amazónica, unas escenas de sobrecogedora fuerza dramática o de una enorme densidad poética.Tres pisadas de hombre colocó a este gran novelista entre los principales cultivadores del género en España
El desconocido
Sin duda alguna, El desconocido es la mejor novela de Carmen Kurtz, tanto por la intención de su tema como por la técnica empleada para su exposición y desarrollo del mismo. Sin necesidad de recurrir al relato de grandes acontecimientos externos, logra infundir a su obra un interés insuperable narrando las inquietudes íntimas de los seres a que da vida a través de las amenas páginas de este libro. La calidad humana de dichos personajes, expresado en ese personalísimo estilo y modo de ver de la novelista, hacen del presente libro un vivo documento de nuestra época. Y es indudable que quienes lean El desconocido verán reflejados en estos personajes, y en sus pasiones, sus propias dudas y sus más recónditos sentimientos.
La paz empieza nunca
López, personaje central de esta novela, galardonada con el Premio Planeta 1957, dice que vivir resulta una aventura y que una buena parte de las vidas son aventuras apasionantes que no figuran en las Historias Universales, porque éstas son unos libros muy pequeños y bastante ingenuos. Esta novela, pues, es el relato de una vida cualquiera con cosas extraordinarias y hasta increíbles. El autor elude el contar, y López es quien relata. «En estos veinte años –dice– he perdido la cuenta de todo lo que me falta, pero, milagrosamente, conservo ilusiones, ideales, esperanza en cosas, igual que ese náufrago que de repente, perdido todo, desnudo, y asido a una tabla, descubre que le sigue su sombrero, y hace todo lo posible por atraparlo, porque es como una noción perdida de sí mismo. Yo tengo conmigo mi sombrero. Yo soy yo. Y quiero salvarme con el viejo equipaje de mis orígenes. Por eso he escrito esto.» La paz empieza nunca tiene dos personajes centrales: uno es López, que es parte misma de una grandiosa y emocionante generación española que todo lo echó a rodar un día con la ilusión de poner este pueblo –amagado por su decadencia, su atraso, su hambre y sus odios– otra vez en pie. Y el otro es el tiempo, precisamente el que transcurre entre los años 1930 y 1950, que está fabulosamente removido por hombres originales y sucesos asombrosos.